Respuesta :

El sonido: Lo es todo en la Radio. La Radio es sonido. Sonido para sentir , para imaginar. Hace tanta falta imaginar…
La palabra: Debe ser precisa. Hablar de forma clara, correcta, bien timbrada y con el tono adecuado. Cuando se emite un mensaje emotivo el tono define la efectividad del mensaje.
La música: En este caso no estoy refiriéndome a la que se emplea en los programas musicales. Sino a la utilizada para lograr un ambiente, un sentimiento, apoyar un texto, como fondo o cortina.
Los efectos: Contribuyen en el ambiente. Con menos palabras se logra más dramatismo. Son los sonidos que nos rodean; el trinar de los pájaros, el sonido de una ciudad, del mar, de una cascada, el timbre de un teléfono, el ambiente de un restaurante. 
El silencio: En su utilización no se puede fallar porque puede dejar de ser un recurso para ser un error. Es el segundo exacto con un valor expresivo.

El lenguaje radiofónico se compone de cuatro elementos: la voz, la música, los efectos sonoros y el silencio.  Dependiendo del contenido del programa unos elementos prevalecen sobre los otros o son utilizados de diferentes maneras.  Por ejemplo, si se trata de un espacio informativo la voz del locutor será la que resalte sobre los otros componentes.  

Si la emisora es radiofórmula con contenido musical,  las intervenciones del locutor quedan en segundo plano.  Por la naturaleza del medio es imprescindible y propio de la radio que su lenguaje sea altamente expresivo y amplio, cuyas palabras, entonaciones, silencios y efectos sonoros cubran la carencia de la imagen física y, sepan describir y comunicar una realidad, una idea, una sensación, una imagen, etcétera.  

Para ello, los profesionales del medio hacen uso de unos recursos técnicos y expresivos  para que sus oyentes puedan percibir y visualizar en su mente todo aquello que se exprese.  Cabe mencionar, la importancia que posee la estética y sonoridad de la palabra.  En muchas ocasiones, cobra mayor relevancia la forma en cómo se comunica la información que las palabras en sí.  Es decir, se diferencian dos aspectos en el mensaje, el estético y el puramente semántico.