Respuesta :

orla

ESCUELA ARMONISTA.
Un grupo de filósofos   griegos, quienes a comienzos del siglo V a. de C. intentaron construir una filosofía que fuera fiel al pensamiento de Heráclito y al de Parmenides a la vez.
Fueron llamados “ARMONISTAS” ya que ellos procuraron concluir o armonizar esas teorías.
Hay Dos Filósofos Distinguidos.

EMPEDOCLES.
Explica la naturaleza diciendo que los seres surgieron de cuatro raíces.
  * La tierra
  * El agua
  * El aire 
  * El fuego.
Cada uno de ellos indestructible   e inalterable pero pueden separarse de las demás raíces, lo que produce el movimiento y la mezcla de raíces, son fuerzas del amor y el odio.

ANAXAGORAS.
Coincidió con Empedocles al decir que NADA se crea ni se DESTRUYE, solo es una mezcla y separación de cosas, y, lo producen los GERMENES, que son indestructibles, eternos e infinitos en números.

Cuando Descartes puso como base de toda especulación filosófica el famoso entinema: cogito, ergo sum, afirmó que todo conocimiento verdadero estaba en el puro pensar y como necesaria consecuencia que a la idea subjetiva correspondía necesariamente una realidad objetiva. Y si toda idea dice realidad lógicamente presentó Hegel como un axioma incontrovertible: todo lo ideal es real. Ahora bien, este axioma podía expresarse en forma de ecuación: ideal=real: y como quiera que la relación de [304] igualdad no se altera cambiando los términos, la extrema izquierda hegeliana así lo hizo y escribió real=ideal. De este modo se ha llegado al materialismo absoluto por el camino de idealismo también absoluto. 

Contra estos torcimientos del espíritu filosófico, aparece sin salir aún de la esfera racionalista, el realismo armónico de Krause, que dice que la idea es una forma segunda del pensamiento; que antes de idear es preciso saber quien idea; que el concepto yo como totalidad, unidad e identidad, es necesariamente anterior al de parte, relación y distinción. 

Aún más. El cartesianismo como toda nueva manifestación de la inteligencia se había presentado en su primer momento como negación y contradicción absoluta de los sistemas que habían ocupado la elaboración intelectual de Europa durante la edad media, y apenas sí se dignaba reconocer que en Grecia había existido algún movimiento filosófico. Contrariando esta tendencia decía Leibnitz: «Aunque muchos doctos varones creen que es necesario olvidar por completo la filosofía escolástica y sustituir otra en su lugar; habiendo pesado todas las razones de una y otra parte, he hallado que la filosofía de los antiguos es sólida y que nos debemos de [305] servir de la de los modernos para mejorarla, y no para destruirla.» 

El prudente dictamen de Leibnitz fue desoído. Así vemos que el profesor Mr. Cousin es el curso de filosofía explicado durante el primer semestre del año de 1829 decía lo siguiente: «La escolástica, o filosofía de la edad media, no podía ser otra cosa que un esfuerzo del pensamiento puesto al servicio de la fe y bajo la vigilancia de la autoridad religiosa. Tal es la filosofía escolástica. Su aplicación está reducida a ciertos puntos, sus límites son estrechos, su existencia precaria, inferior y subordinada.» 

Muy diferente es el concepto que forman sobre la ciencia escolástica los secuaces del armonismo krausista. El jefe de esta escuela en España, D. Julián Sanz del Río, examinando La cuestión de la filosofía novísima (La Razón-1860) al comparar la filosofía antigua con las doctrinas reinantes en la edad media, decía lo siguiente: 

«Debía engendrar el espíritu antiguo una filosofía principalmente física y política, partes ambas casi desestimadas en la filosofía de la edad media. Y al contrario en esta última ejerce en primer término y preocupa el espíritu una filosofía de que la antigüedad clásica no sabía ni [306] podía saber, sino como enlazada con la mitología; la ciencia de Dios o la teología. Así la ciencia antigua era ciencia del mundo: la de la edad media ciencia de Dios: aquella escogía sus maestros y héroes en físicos y políticos, en maestros de príncipes; esta busca los suyos en el clero y el monacato. Y tal debía ser, porque el cristianismo pide a sus fieles una convicción y conciencia interior sobre las verdades eternas: primero en forma de doctrina sistemática. En las religiones antiguas conoce el hombre más por fantasía que por razón el mundo superior; y por lo mismo los que se elevaron al libre pensamiento en esto, cayeron las más veces en sentido contrario al sentido común religioso. Así la filosofía antigua es, históricamente hablando, irreligiosa o antireligiosa, y el pueblo llamaba ateístas a los filósofos. Pero esta negación no cabía en el cristianismo. La experiencia interior religiosa envuelve aquí un conocimiento racional de Dios y sus relaciones sobre el mundo, y puede bien concertarse con la razón filosófico-religiosa.»

A la negación absoluta del valor científico de [307] la filosofía escolástica sostenida por los sectarios del cartesianismo intransigente, han opuesto gran número de pensadores españoles e italianos otra negación absoluta diciendo, que todos los principios en que se fundan los modernos sistemas son esencialmente falsos, y que la ciencia de la edad media es la única base posible de los conocimientos humanos. Puede decirse que el escolasticismo ha vivido desde el renacimiento hasta nuestros días una protesta contra los extravíos de las escuelas racionalistas; protesta harto justificada en su fundamento primero, pero que, en nuestro humilde juicio, no ha escogitado los caminos más derechos para establecer el necesario acuerdo entre la fe y la razón, entre la religión y la ciencia.