Respuesta :

El incipiente proceso de coordinación de diversas organizaciones, que representan a variados sectores sociales y políticos en las principales ciudades del país, el cual viene operando desde mediados de 2012, específicamente desde julio, puede y debe dar un salto cualitativo hacia niveles superiores de compromiso y con vistas a desarrollar tareas de una mayor complejidad y peso político, levantando y construyendo al calor de la lucha los gérmenes del contrapoder de los explotados y excluidos, con los cuales efectivamente el pueblo y sus sectores de avanzada podrán, de una vez por todas, romper con el maniqueísmo político actual de ‘alianza o concertación’. A todas luces, este no será un mero recambio de conductor de la locomotora, sino que implicará la constitución de una alternativa revolucionaria, popular, democrática y nacional, para los pueblos y los trabajadores de Chile.