Respuesta :

nenito
La deforestación y degradación de los ecosistemas boscosos, representa el principal problema social y ambiental de Nicaragua. El problema central, se resume en la reducción de la cobertura de los bosques y la degradación acelerada de los ecosistemas boscosos que tiene como consecuencia la pérdida de biodiversidad y el cambio de uso de suelo con todas sus consecuencias de deterioro ambiental. Se estima que en Nicaragua se pierde en cobertura vegetal entre 70,000 y 100,000 hectáreas al año.. 
Los expertos en cambio climático han podido determinar recientemente que entre el 15 y el 25 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero que están provocando el cambio acelerado del clima en nuestro planeta provienen de la deforestación en países con bosques tropicales.Conscientes que la lucha contra el Cambio Climático para ser significativa debe buscar frenar la deforestación, en el contexto de las negociaciones de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se está discutiendo cómo se podría remunerar a los países que cuidan sus bosques. Hay que recordar que al negociarse el Protocolo de Kyoto sólo se logró acordar el pagar a aquellos que reforestan y no a los que evitaban la deforestación.Nicaragua tiene actualmente la tasa de deforestación más alta de toda Centroamérica. Con esta deforestación los nicaragüenses nos estamos comiendo la “gallina de los huevos de oro”, ya que sin bosques, en un futuro relativamente cercano, no podremos cobrar por protegerlos.Pero no debemos proteger los bosques de cara solamente a posibles ganancias económicas del futuro, sino porque al dejar que estos desaparezcan estamos haciendo imposible el poder enfrentar adecuadamente los impactos del Cambio Climático, que ya nos están afectando y los cuales serán mucho más severos en el futuro. Debido a las concentraciones de gases de efecto invernadero que ya existen es imposible evitar sus impactos y sólo nos queda adaptarnos lo mejor posible a estos; se haga lo que se haga, la temperatura y el nivel del mar se va a elevar, entre otras cosas.La deforestación nos hace también mucho más vulnerables al Cambio Climático. Por ejemplo, la explotación insostenible de los manglares, un tipo de bosque, hace más vulnerable a las poblaciones e inversiones en zonas costeras, a fenómenos climáticos tales como tormentas tropicales o huracanes; los manglares sirven como barreras de protección natural cuando estos ocurren y este tipo fenómenos se dan con mayor frecuencia e intensidad debido al Cambio Climático.Al deforestar el país los nicaragüenses estamos limitando las áreas que podríamos desarrollar en el futuro. Sólo como ejemplo: sin agua en nuestros ríos no podremos desarrollar la hidroelectricidad y será difícil desarrollar el ecoturismo en un país sin bosques que enseñar.Las causas de la deforestación son múltiples y frenarla requiere de la reforma de diversas políticas y la toma de múltiples acciones y medidas. La Ley de Veda Forestal no es la solución y sólo necesitamos ver cómo se siguen decomisando miles de tucas para darnos cuenta del poco impacto que está teniendo. No hay una sola política o medida que pueda ser efectiva para frenarla, pero hacer rentable la protección de los bosques y elevar el costo de oportunidad que implica explotarlos insosteniblemente han probado ser medidas altamente efectivas.Para no “inventar el agua helada” podemos analizar la experiencia exitosa de nuestro vecino del Sur. Costa Rica fue en los años ochenta el país de Centroamérica con la tasa de deforestación más alta, y en un poco más de dos décadas logró frenarla e incrementar su cobertura forestal. ¿Qué podemos aprender de esa experiencia?Ante todo nuestros vecinos fueron innovadores y se arriesgaron. Incursionaron en el mercado de créditos de carbono cuando este no existía formalmente, antes del Protocolo de Kyoto; aprendieron haciendo y utilizaron recursos internos en esta lucha.Actualmente Costa Rica cuenta con uno de los sistemas de pago por servicios ambientales (PSA) más desarrollados que existen y que es punto de referencia a nivel mundial. El sistema de PSA tico es mayoritariamente financiado con fondos locales producto de un impuesto al petróleo y de los aportes de empresas que se benefician de los bosques: turísticas, hidroeléctricas, entre otras. Estas dos fuentes financian casi totalmente la protección de los bosques.Los ticos fueron fundadores de la Coalición de Países con Bosque Tropical, una iniciativa que busca empujar en las negociaciones internacionales, el que se den incentivos a aquellos países en desarrollo que cuidan sus bosques. Con los ingresos que logren obtener por esa vía esperan robustecer su sistema de PSA. Nicaragua debería seguir el ejemplo tico y participar activamente en esas negociaciones, con el objetivo de asegurar que los acuerdos a que se lleguen sean de beneficio para nuestro país.Aunque Nicaragua no contribuye, ni históricamente ha contribuido, significativamente al Cambio Climático, por su propio bien no debe cruzarse de brazos. Evitar la deforestación traería diversos beneficios locales y puede apoyar las luchas contra el cambio climático y la pobreza al generar ingresos para los campesinos. Una de las opciones que tiene Nicaragua para enfrentar la deforestación y el cambio climático es el facilitar la creación y el acceso a mercados de PSA, tanto locales como internacionales. Explorar este camino debería ser una prioridad del actual Gobierno.