Entre los siglos XII y XIV, las ciudades eran centros de producción artesanal y de intercambio de productos, ya que se desarrolló una burguesía próspera que la gobernaba. Los monarcas aprovechar el crecimiento de esta burguesía para aumentar y consolidar su poder sobre la nobleza feudal. El gótico fue el nuevo estilo artístico que permitió construir edificios más altos y esbeltos. Así, la ciudad medieval se convirtió en un centro de producción de objetos manufacturados. El trabajo artesano organizaba en talleres pequeños, cuyo propietario era el maestro artesano, que disponía de herramientas propias para el trabajo manual. Los artesanos de cada oficio se organizaban en gremios, para mantener una serie de normas, que estaban estructurados de forma jerárquica: aprendices, oficiales y maestros artesanos. Los núcleos urbanos albergaban el mercado, al que acudían los agricultores de la zona para intercambiar productos agrícolas por manufacturas. Surgieron las ferias, mercados periódicos de gran magnitud donde se compraban y se vendían grandes cantidades de productos. En muchas de nuestras ciudades europeas, se pueden observar aún huellas del largo proceso que supone el desarrollo urbano medieval, con sus altibajos. La orientación de la cultura medieval, que no tiende a establecer modelos formales como la cultura antigua, hace imposible una descripción general de la forma de la ciudad. Las ciudades medievales tienen todas las formas posibles y se adaptan a todas las circunstancias históricas y geográficas. Aún así, podemos señalar algunas características generales: Las calles presentan, en general, un trazado irregular, con plazas que no son recintos independientes de las calles, sino ensanchamientos muy relacionados con ellos, y con casas que se abren hacia el espacio público y tienen una fachada que contribuye a formar la ambiente de la calle o de la plaza. El espacio público de la ciudad tiene una estructura compleja ya que debe dejar lugar a los diferentes poderes, por lo que si la ciudad es suficientemente grande nunca tiene un único punto central: tiene un centro religioso (con la catedral y el palacio episcopal ), un centro civil (con el palacio municipal) y uno o más centros comerciales, con las lonjas y los palacios de las asociaciones mercantiles y profesionales. La ciudad está dividida en barrios, en las calles de los cuales los artesanos y mercaderes se agrupan por oficios, actividades y especialidades; los barrios tienen, por tanto, una destacada fisonomía individual. La concentración es una ley fundamental de la ciudad medieval: el centro es el lugar más buscado y donde viven las clases más acomodadas, mientras que los más pobres viven en los arrabales. En el centro se construyen las estructuras más altas (el campanario o las agujas de las catedrales y las torres de los edificios civiles más importantes), que destacan y dominan sobre el conjunto inmobiliario, aunque a veces las casas más altas suben hasta 5 o 6 plantas. Toda ciudad debe tener unas murallas para defenderse del mundo exterior, ya medida que crece tiene que ir levantando nuevos recintos concéntricos; estas murallas, que son la obra pública más costosa, casi siempre tienen un trazado irregular y redondeado, el mínimo posible para cercar una superficie determinada. La construcción de una nueva muralla se retrasa mientras la vieja haya espacio disponible, por eso los barrios medievales son densos y las casas crecen en altura. En las ciudades de nueva fundación, su morfología también es variable. Se pueden clasificar en lineales, circulares, concéntricas, etc., Pero no hay un motivo constante para escoger un tipo de ciudad y no otra. No se acepta ninguna regla general, sino que se tienen en cuenta infinitas circunstancias como la naturaleza del terreno, la tradición local, las sugestiones exóticas, el simbolismo sagrado y profano, pudiendo ser determinante cada una de estas motivaciones. 3.2.1. - ¿Cuál es la forma de las ciudades medievales? Y el trazado de sus calles?3.2.2. - Describa, a partir del texto, la estructura y la morfología de las ciudadesmedievales.

Respuesta :

su forma era politica y social para poder intercambiar productos entre ciudades por que en diferentes ciudades medievales no se permitia intercambiar su produccion por la ley de la epoca el trazado debia ser facil de transitar para que fuera mas facil su acceso a las ciudades y  asi mismo mas facil la salida de mercancias que se transportaban atravez de animales 

El supereón Precámbrico es una división informal de la escala temporal geológica, es la primera y más larga etapa de la historia de la Tierra —más del 88 %—, que engloba los eones Hádico, Arcaico y Proterozoico. Este supereón comenzó cuando se formó la Tierra, hace entre 4567,9 y 4570,1 millones de años y terminó hace 542,0 (±1,0) millones de años.