LOS
CIEGOS Y EL ELEFANTE
Personajes:
Niño
Ciego 1
Ciego 2
Ciego 3
Ciego 4
Ciego 5
Ciego 6
Guía
Cuento
islámico
Escenografía
Una
ciudad árabe.
Ideas
para la Representación
Los
muñecos pueden ser de funda o de varilla. Si son de funda, un actor puede
manejar dos títeres al mismo tiempo (aunque es algo cansado). Si son de
varilla, sólo un títere a la vez. La ventaja de esta última forma es que se
ve más claro el movimiento de los ciegos al tocar el elefante.
El
elefante puede hacerse de cartón recortado, con articulaciones o sin ellas y
sostenerse con una o dos tiras de madera pegadas por atrás para moverlo en
escena.
Si
alguno de ustedes toca un instrumento musical, se pone a tocar atrás del
teatrito mientras un ciego hace como que toca el mismo instrumento.
Los
ciegos deben de llevar bastones amarrados (y movibles) a una mano.
Cuando
los ciegos se golpean, tengan cuidado de no destruir los títeres, solamente den
la idea de que se pegan.
Esta
obra pueden representarla ustedes en teatro si se atreven a inventar un elefante
grande.
El
niño entra a escena corriendo.
Niño
Grita
¡Un
elefante! Vengan a verlo, ya viene, va a pasar por esta calle. Salgan todos,
vengan a ver al elefante... Va saliendo... ¡Un elefante!...
Los
seis ciegos van entrando despacio a escena con sus bastones.
Ciego
uno
Yo
no sé cómo es un elefante.
Ciego
dos
Yo
tampoco lo conozco.
Ciego
tres
Ni
yo.
Ciego
cuatro
Me
gustaría saber cómo es un elefante.
Ciego
cinco
Esperaremos
a que pase por aquí y podremos tocarlo.
Ciego
seis
Lo
tocaremos con las manos. Nuestros dedos son nuestros ojos.
Guía
Entra con el elefante
Abran
paso, señores, dejen pasar a este gran elefante... no les vaya a pisar un
callo.
Ciego
uno
Avanzando
Buen
hombre, deja a estos pobres ciegos tocar a tu elefante. Queremos conocerlo.
Guía
Está
bien, acérquense uno por uno. Es mansito, no le tengan miedo. Es bueno.
Regresa
a su lugar
Ciego
uno
Avanza y toca el cuerpo del elefante
Ummmmm...
ya me doy cuenta: el elefante es igual a una pared no muy lisa.
Ciego
dos
Se acerca y le toca una pata
No,
no es cierto lo que dices. El elefante es igualito a un árbol. Vuelve a su
lugar
Ciego
tres
Le toca un colmillo
¡Mentira
y mentira! Mis manos me dicen claramente que el elefante es muy parecido a una
lanza. Regresa a su lugar
Ciego
cuatro
Le toca una oreja
Ustedes
están completamente equivocados. Yo también lo toqué y estoy seguro de que es
como un abanico, y mis dedos no me engañan. Vuelve a su lugar
Ciego
cinco
Le toca la trompa
Pues
a mi no me engaña nadie; estoy seguro de que el elefante es parecido a una
serpiente. Vuelve a su lugar
Ciego
seis
Le toca la cola
¡Ninguno
de ustedes sabe cómo es el elefante! Yo opino que es como una cuerda que sirve
para amarrar bultos. Regresa a su lugar. Todos se agitan
Ciego
uno
¿Cómo
te atreves a insultar de esa manera? Estoy seguro de que es una pared.
Ciego
dos
Les
digo que es un árbol.
Ciego
cinco
¡No!
¡Es una serpiente!
Ciego
tres
¡Qué
serpiente ni qué nada! ¡Estoy seguro de que es una lanza!
Ciego
cuatro
¡Mentira!
Es un abanico.
Ciego
seis
Grita
¡Es
una cuerda, una cuerda!
Todos
tratan de pegar a los demás pero no siempre atinan. Se hace una gran confusión
y todos hablan al mismo tiempo.
Todos
en desorden:
A
mí nadie me contradice... ¡Toma!... Ay, ay... pero si yo tengo razón... Es
una cuerda... Es una pared... Una lanza, una lanza... No, un abanico, te digo
que un abanico... Un árbol, es un árbol... ¿Quién me pegó? ¡Ay mi espalda!
Guía
Lucha por separarlos y esquiva los golpes
¡Calma,
calma! ¡Ya esténse quietos!... oigan... escuchen... atiendan... Yo les
explicaré todo. Se va haciendo poco a poco el silencio. Todos resuellan, se
quejan. Todos creen tener razón, pero ninguno la tiene. ¿Saben por qué?
Todos
¿Por
qué? ¿Por qué?
Se
sube sobre el elefante
Guía
Porque
cada uno de ustedes tocó una parte del elefante. El que tocó el cuerpo pensó
que era una pared. El que tocó la pierna creyó que era como un árbol. El que
tocó uno de los colmillos se imaginó una lanza. El que alcanzó a tocar la
oreja se figuró un abanico. El que tocó la trompa se acordó de la serpiente y
el más chaparrito, que sólo alcanzó a tocar la cola, estaba seguro de que el
elefante era como una cuerda.
Ciego
cinco
Ahora
entiendo. Sí, eso fue lo que pasó y nos enojamos mucho.
Guía
Se
enojaron tanto que hasta de palos se dieron.
Ciego
uno
Nos
portamos como tontos.
Ciego
dos
En
lugar de pensar, nos pusimos tercos.
Ciego
tres
.
. . Y furiosos.
Ciego
cuatro
En
lugar de tratar de entendernos.
Ciego
cinco
Porque
todos teníamos un poco de razón.
Ciego
seis
Pero
ninguno tenía la razón.
Guía
Claro,
para conocer la verdad hay que conocer todas sus partes.
Ciego
uno
Te
damos las gracias, y también al elefante, por habernos enseñado que es mejor
ponerse de acuerdo y tratar de conocer toda la verdad.
Ciego
dos
Seamos
amigos de nuevo.
Ciego
tres
Conozcamos
bien al elefante.
Todos
van circulando alrededor del elefante tocándolo.