Respuesta :

En la segunda mitad del s. XVIII, se produjo en la literatura española unfenómeno en apariencia sorprendente: la poesía erótica, cultivada conasiduidad desde los albores de nuestras letras, alcanzó un desarrolloimpredecible en un siglo que se pretendía racionalista, y no por la cantidadde poemas de este cariz, inferiores en número a las producciones medievalesy del Siglo de Oro, sino por la identidad de sus autores. Éstos no eran otrosque los propios reformadores ilustrados, que públicamente ofrecían a suslectores obras literarias ajustadas a los cánones retóricos y a las normassociales. Corrían así paralelas dos facetas contradictorias, quizápsicológicamente complementarias, de la Ilustración: una, abierta alexterior, pretendía, mediante la acción directa de unas ciertas obras teatralesy unos poemas didáctico-moralizantes, influir en la vida y en las costumbresde los españoles, para orientar el país hacia una progresiva europeización; yotra, replegada sobre sí misma, que reservaba temas indecorosos para laselecta minoría de sus creadores, y de ningún modo consentía en difundirunos poemas que, y esto se intenta mostrar aquí, perseguían realmente lomismo que sus hermanos públicos