según Freud el inconsciente no es una "segunda conciencia". Es un
reservorio de ideas y fantasías que adquieren un funcionamiento distinto
al de la conciencia. Esta ideas no son débiles, son muy poderosas y han
sido desalojadas de la conciencia debido a que resultarían
insoportables para el sujeto, ese esfuerzo de desalojo es la
represión.Un inexplicable olvido, un síntoma insistente, una terrible
pesadilla son algunos indicadores del inconsciente, también chistes,
actos fallidos y pequeños accidentes.