Respuesta :

No debe sorprender que uno de los rasgos distintivos de esta forma de gobierno .además de generar desviaciones estructurales en materia socioeconómica, produce un impacto cultural perverso. Además de las condiciones objetivas creadas para distinguir a una clase social de otra, la lógica del capital logra penetrar la conciencia colectiva para implantar barreras subjetivas que permiten mantener vigentes los esquemas de dominación.De esta manera, la discriminación se convierte en un instrumento  de sometimiento que permite descomponer los lazos que mantienen la cohesión de la sociedad. A partir de distinciones por origen étnico,  de género, condición socioeconómica, preferencia sexual, etc; la clase dominante y los intereses a los que sirve, han creado un esquema de exclusión que no reconoce la desigualdad como un problema social sino que, bajo la lógica de la acumulación desenfrenada de riquezas como ideal, en la que “la persona que más posee es superior al resto”, ha creado un régimen de desigualdades artificiales,  donde se  es  “igual” pero con diferentes derechos.