Respuesta :

Es hasta la fecha que busco anular el conjuro a través de la reconstrucción de la ciudad; de sus páginas y volúmenes, de sus mitos y los míos, que exigen cada noche un nuevo ritual que revierta su condición carbonizada. No soy tan bueno para eso como lo era él, pero voy logrando que la eucaristía de las letras recupere su eficacia. Sé que sólo así podré encontrar una salida y convocar a mi propio verdugo intoxicado de barbarie, secretamente ansioso de tomar de mí el ansia de saber.Estoy convencido de que no estoy solo, de que es el Príncipe y no yo quien escribe este cuento a través de mí, en penitencia por mi acción y su renuncia. Pero constantemente dudo si en realidad no fue todo mas que un sueño. Pero eso no tiene la menor importancia. Ahora sé que ésta historia jamás tendrá final, y que a pesar del punto y aparte que voy a colocar, pronto habré de continuar con el relato, que es el mismo de siempre, aunque no lo parezca.Sólo espero que me alcance el tiempo para todo eso, pues cada día que pasa veo peor y escribo menos. Pronto necesitaré ayuda para moverme en este infierno, en este imperio literario que me he empeñado en levantar.