El propósito de estos relatos es
provocar miedo al lector. Se apela a los seres horrorosos, fantasmas,
monstruos, muertos que resucitan para vengarse, alucinaciones, etc
Los elementos de un cuento de terror pueden
resumirse en seis grandes grupos, que, a su vez, se subdividen en distintos
pequeños temas más definidos y concretos. Son los siguientes:
-La muerte
-La pérdida de la integridad física
y/o psíquica
-El Mal
-El subconsciente y el inconsciente
-El propio cuerpo
-Los hechos cotidianos
LA MUERTE: Indudablemente, unos de
los grandes temas de la literatura de terror es la muerte. Esta temática no
hace más que trasladar al papel el gran interrogante del sentido de la vida,
¿qué ocurre después de la muerte?
-
El Fantasma: seres espectrales que aparecen en los lugares donde
vivieron y llegan a ser presencias siniestras que alteran el orden de los
vivos.
-
El No Muerto: seres que no han podido alcanzar la paz del descanso
eterno y que, en su paseo patético por el mundo de los mortales, son una
amenaza permanente para la estabilidad psíquica de todos los que se encuentran
con ellos, ya que, generalmente, se alimentan de los seres humanos vivos para
mantener su estado de supervivencia entra la vida y la muerte. En este grupo se
sitúan, entre otros, los vampiros, las momias, los muertos vivientes, los
necrófagos etc.
LA PÉRDIDA DE LA INTEGRIDAD FISICA
Y/O PSIQUICA: De hecho, este apartado es un derivado del anterior. Los humanos
tenemos miedo a nuestra muerte, no queremos morir, ya que la muerte supone el
fin de la existencia, y encontramos inconcebible que el mundo siga sin
nosotros, sin que nosotros podamos conocer. Al fin y al cabo, todo se reduce a
lo mismo, queremos conocer y la muerte supone el fin del conocimiento. Por eso
uno de los grandes sueños de los hombres ha sido la inmortalidad.
LA ENCARNACIÓN DEL MAL: El Mal
existe, y el Mal es portador de terror. La tradición cristiana crea la figura
del Diablo, un ser astuto que engaña a los humanos y les impone, a menudo, su
ley.
EL INCONSCIENTE: La narrativa de
terror siempre se ha preocupado de lo que pasa en el interior de sus
personajes. Hablar de miedo significa hablar de la mente, que es su motor y
receptáculo al mismo tiempo, una mente que puede trastornarse por los efectos
del terror y conducir al individuo hasta los límites de la locura.
EL PROPIO CUERPO: Cuando los relatos
basan su eficacia narrativa en la presentación inquietante del pánico que puede
producir algún miembro del cuerpo humano, la sorpresa para el lector es
contundente, quizá porque no hay nada más trastornador como la visión,
transformada pero posible, de un elemento tan conocido y tan próximo a nosotros
como nuestro propio cuerpo.
LOS HECHOS COTIDIANOS: El género, en
su estado más moderno, tuvo que buscar motivos diferentes para hacer crecer el
miedo. Indudable maestro del terror en la vida cotidiana fue M. R. James, del
que autores posteriores como Lovecraft o Machen aprendieron a crear el terror
en cualquier lugar.