Respuesta :

Abordar el periodismo estudiantil debe poner de manifiesto la relevancia de la escritura como mecanismo de participación y de construcción social desde las universidades. Los procesos de cambio deben ir acompañados de bases teóricas que a su vez son el resultado de largos debates discursivos, tanto académicamente como en muchos otros sectores.  En la actualidad, cuando se ven manifestaciones y requerimientos populares que tienden a la transformación, se hace aún más urgente la consolidación de espacios que den vía libre  a la creación de nuevas realidades a partir de la palabra. Es allí donde la juventud colombiana debe realizar continuamente el esfuerzo de pensar un nuevo futuro, de aprovechar el álgido momento nacional para cuestionarse sobre lo que viene y lo que puede construirse en el ámbito político del país.Eric Hobsbawnn, en su libro La historia del siglo XX, resaltaba la inoperancia de la teoría en los antiguos fascismos en Europa: aunque había teóricos al lado de las dictaduras, su función era de adorno. Era claro que por encima de las bases de la razón, se ponía la fuerza y lo práctico. Por el contrario, una sociedad con la pretensión de eliminar la violencia como criterio, tenderá a forjar pilares que colectivamente hayan sido el resultado de la disertación, de las discusiones nacionales y de las propuestas colectivas. Porque, de no ser así, se llegaría de nuevo a la exclusión, a la falta de recursos y a las élites que, bajo sus propios criterios, se distribuyen el poder.  Por esto, uno de los mecanismos de dominio ha sido evitar la reflexión creadora, fomentar una educación que genera meramente trabajadores y no pensadores. De ello hay una lista de críticos que se remontan, aunque con ciertos matices, a Fernando González.Debido a lo anterior,  cabe resaltar que la actual coyuntura social y política no puede dejar de lado la relevancia de combinar la protesta con la propuesta, como lo ha ejemplificado- independientemente del contenido- la de la MANE sobre la educación superior.Una metáforaDe hecho, es preciso aquí utilizar -vagamente y sin mucha precisión académica- una metáfora de Nietzsche sobre la adquisición y creación de conocimiento. Para él hay tres etapas en  este proceso: el camello, el león y el niño. El primero recibe, el segundo destruye y el tercero crea. Quizá pueda extrapolarse esta figura a nuestra situación, concibiendo un largo periodo de pasividad ante determinadas formas de vida y de participación en un comienzo;  luego viene nuestra etapa león: un resurgir y un rechazo como el que en la actualidad  aparentemente se está  viendo en Colombia. En esto último hay que precisar que aunque  en distintos momentos de la historia del país se han vivido circunstancias parecidas,  la falta de la tercera etapa hace que  de la segunda se vuelva a la primera constantemente. Ahora  nos encontraríamos, según ese modelo, en la necesidad de construir, de discutir y de formar lo que en unos años consideraremos como realidad.Y como uno de esos aspectos que conforman ese último proceso es la discusión a partir de la palabra y la escritura, las manifestaciones sin ese devenir constructor quedarán relegadas a pequeñas escaramuzas o  a  cambios sin mucha importancia, matices del orden de cosas en la actualidad.  De allí que el arte de escribir, de discutir y de reflexionar  se convierta en un baluarte en dicha situación coyuntural.   En ello se puede contribuir desde espacios que fomenten este tipo de prácticas, que se conviertan en tierra fértil para recibir los cimientos de la transformación y de la inclusión.Se deriva de lo anterior el papel de un periódico universitario en ese sentido, en tanto que es su función auspiciar la opinión, las propuestas y las iniciativas que surjan desde la reflexión estudiantil. Aunque su contribución parezca ínfima, aunada a diversos elementos parecidos, es parte de la labor que tienen las universidades relacionadas con el devenir de dicha construcción colectiva.  Que sea pues la presente edición  una manera de contribuir con ello y de afianzar el periodismo estudiantil como sector fructífero para la crítica, el pensamiento y las inquietudes.

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El Sistema Solar forma parte de la  Vía Láctea y está formado principalmente por una estrella llamada Sol y ocho planetas como lo son Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno  Algunos planetas pueden tener satélites que giran alrededor de estos. satélites.