Respuesta :


Yo creo que esta seria la respuesta correcta:
, el centro de atracción para el periodismo argentino lo constituía la visita a Buenos Aires de Werner von Braun, genio indiscutible que permitió a los norteamericanos pisar por vez primera la Luna y lanzar naves no tripuladas hacia la inmensidad del espacio. A las 19:30 horas comenzó su conferencia de prensa. Las preguntas de los periodistas llevaron al hombre de ciencia por distintos campos relacionados con su especialidad, hasta que –casi irreverentemente–, se le requirió la opinión sobre los “platos voladores”: “Yo nunca he visto alguno, aunque las muchas noticias que he leído sobre ellos no me han impresionado tanto como para creer en su existencia”, sostuvo. A menos de dos horas de esas declaraciones y a unos mil 400 kilómetros, en Villa de Trancas, provincia de Tucumán, se producía uno de los hitos más importantes en la historia de los no identificados. Se trataba de un episodio que ha sido considerado como “un caso inatacable (y) una prueba irrefutable” dentro del voluminoso y extraño legajo de los OVNIS. “Quizás –también se ha dicho– uno de los hechos más excepcionales del historial del problema ovni”, debido a la cantidad y calidad testimonial, la prolongada visualización y el hallazgo de residuos físicos en el área, constituyendo “la más poderosa evidencia” a favor de los fenómenos inusuales. Desde entonces, el caso Trancas se convirtió en un “superclásico de la ufología mundial”. El presente informe consiste en un detenido y pormenorizado análisis de la investigación iniciada en septiembre de 1971 y retomada en profundidad en mayo de 1987, a través de numerosísimas entrevistas y cuidadosos diligenciamientos. Para tal propósito, se han confrontado los testimonios actuales con los ofrecidos en aquella época, a través de la primera versión ofrecida por los periodistas del diario “La Gaceta” de Tucumán, Arturo Álvarez Sosa y Ventura Murga, seguida por las del escritor Eduardo A. Azcuy unos días después, del capitán de fragata Omar R. Pagani al año siguiente, y la de Óscar A. Galíndez lograda a siete años de producido el episodio. Asimismo recurrimos a documentos no susceptibles a deformación alguna, como los registros meteorológicos que nos suministró para esa hora y lugar la Fuerza Aérea, el informe del análisis químico de la Universidad de Tucumán, la compulsa histórica de los periódicos de la época referidos a acontecimientos simultáneos a la observación de Trancas, especificaciones técnicas de la Secretaría de Guerra, y otros de carácter objetivo. Todo esto para disponer de datos confiables y fácilmente verificables. Habida cuenta del inesperado giro que deparó la investigación, procedimos a publicar algunos artículos preliminares en Italia, España y Argentina (1). Previendo que su contenido iría a generar una agitada polémica, el italiano Pier L. Sani señaló: “Los iluminados de siempre amarán creer, de salvar a cualquier costo el ‘misterio’ de Trancas”, mientras que el belga Wim van Utrecht nos advierte: “Los soñadores no estarán contentos con sus hallazgos, pero para un investigador serio sólo la verdad importa (…); noto que los ufólogos parecieran tener mayor dificultad en aceptar una explicación que una vocinglería sensacional”. Los acontecimientos lo demostraron.