Respuesta :

   Época primitiva. No hay duda que la Química debía nacer con la conquista del fuego por el hombre, y que sus orígenes deberán encontrarse en las artes y oficios técnicos del hombre primitivo, de los que tenemos idea por los materiales usados por él y encontrados en los restos de las civilizaciones desaparecidas.  Los artículos normalmente encontrados son de metal, cerámica, vidrio, pigmentos y telas teñidas, por lo que la extracción de los metales de sus menas, la fabricación de vidrios y cerámica, las artes de la pintura y del teñido, así como la preparación de perfumes y cosméticos, práctica de la momificación y otros oficios análogos seguidos en las civilizaciones primitivas, constituyen los conocimientos sobre los que está basada la «Química» de aquellos tiempos. Doctrinas químicas antiguas. El hombre prehistórico, al buscar el origen y la naturaleza de todo lo que le rodeaba creó los mitos en los que cada cosa, cada fuerza natural era un dios o una figura humana; de aquí las teogonías y las cosmogonías de los pueblos primitivos, en las que los fenómenos se imaginan producidos por la acción de agentes sobrenaturales cuya intervención' explica todas las anomalías aparentes del universo.  Este estado teológico de la Ciencia se mantuvo hasta el siglo VI a. J.C., en que apareció en Grecia un poderoso movimiento intelectual y sus más grandes filósofos especularon sobre el mundo y sobre la naturaleza de la materia, y plantearon claramente muchos de los problemas fundamentales de la Ciencia. La idea de la existencia de un principio permanente origen de todo fue ya un principio tangible; para TALES, de Mileto (aproximadamente 624-565 a. J.C.) fue el agua; ANAXIMENES (alrededor de 585-524 a. J.C.) sostuvo que era, el aire, y para HERACLITO, de Efeso (aproximadamente 540-475 a. J.C.) era el fuego.  Más, tarde, EMPÉDOCLES, de Agrigento (alrededor de 500-430 a. J.C.) aceptó los elementos de sus antecesores La Alquimia. Hasta las Cruzadas el árabe fue la lengua exclusiva de la Ciencia, y Córdoba el foco de la cultura.  La reconquista de Toledo en 1085 y la creación de su Escuela de Traductores lleva a esta ciudad a los estudiosos del mundo latino para aprender árabe y tomar contacto con la nueva ciencia.  Los siglos X, XI y XII, de total postración científica en el mundo occidental, fueron los más florecientes para la ciencia española (arábiga-judaica-cristiana), la cual, al difundirse a toda Europa, originó en el siglo XIII un poderoso resurgimiento científico en el que la Alquimia adquiere una extensa significación. La Iatroquímica y el renacimito científico. Aunque la transmutación de los metales fue creída hasta el siglo XIX, la Alquimia fue perdiendo su carácter ideal para ser, en un gran número, de sus supuestos cultivadores, charlatanería y engaño, llegándose a prohibir por Reyes y Papas. A principios del siglo XVI los esfuerzos de muchos alquimistas se dirigen a preparar drogas y remedios al señalar PARACELSO (1493-1541) que la misión de la Alquimia era la curación de la enfermedad. Aparece una transición entre la Alquimia y la verdadera Química, que se conoce como iatroquímica o química médica. PARACELSO, cuyo verdadero nombre es Felipe Aureolo Teofrasto Bombast de Hohenheim, médico suizo, alquimista y profesor, de carácter violento, jactancioso y charlatán, pues pretendió haber realizado un minúsculo ser de carne y hueso, el homúnculus,desempeñó la primera cátedra de Química creada en Basilea, en 1527, la que abandonó para viajar por toda Europa, ejerciendo una gran influencia más que por sus propios descubrimientos por el ardor con que defendía sus ideas. La teoría del flogisto. René Antoine RÉAUMUR (1683-1757), naturalista, químico y físico francés, cuyas investigaciones sobre la fundición del hierro permiten considerarlo como el fundador de la siderurgia científica y uno de los instauradores de la industria moderna. M.W. LOMONOSSOFF (1711-1765), químico ruso, realiza experimentos sobre la calcinación de los metales en vasos cerrados, con empleo sistemático de la balanza; establece la constancia de la materia en los procesos naturales, atribuye la combustión a una combinación del cuerpo con el aire y explica las propiedades de los cuerpos a partir de la existencia de átomos y moléculas (1743). Joseph BLACK, (1728-1799), profesor de química e investigador inglés, descubre el gas carbónico al que llamó «aire fijo» por ser fijado por la cal y el primer “aire artificial” identificado por los químicos. Sus estudios cuantitativos acerca de los carbonatos son modelo de lógica y unidad y sirvieron para dar al mundo científico una idea clara de la naturaleza de la combinación química.