Carta Dirigida a una amiga con
problemas alimenticios:
De: Mí.
Para: Ti.
Muchas veces he escuchado decir
que los mensajes importantes deben transmitirse de dos maneras o vías: hablando
o escribiendo. Como ya agoté la primera, recurro a la segunda, pues, aunque nuestra
amistad no se trate de “agotar recursos o vías” si se trata de pasar más tiempo
juntas y eso es lo que necesitamos, es lo que necesitas, tiempo, contigo,
conmigo y con todas las personas que te queremos y de sobremanera.
Puedo hacerme la idea de las
distintas razones que te llevaron a esa dimensión a ese extremo, que los
expertos han calificado como “desorden”, es muy cierto que el universo nos pone
retos, pruebas y desafíos para aprender a vivir la vida, a mí también se me ha
cruzado por la mente explorar esa dimensión, pero luego pienso en lo egoísta
que sería para los demás, para los que me quieren pero, sobretodo para mí,
misma.
Te comentaba que, la vida es
injusta, no hay que jugarse la lotería para probarlo, todos tenemos ganada de
antemano nuestra porción de buenos y malos momentos pero… ¿Sabes que sería realmente injusto? Imaginar
una vida sin ti, sin tu sonrisa y con tu esencia que bien se ha instalado en la
vida de muchos.
Yo no quiero una vida sin ti y
menos, cuando tú tienes las respuestas para ayudarte y salvarte, dejándonos a
los demás apoyarte en el proceso.
Si la niña de ojos alegres,
mejillas llenas y cabello brillante que conocí en la escuela aún está allí
leyendo esto, no abandones, no dejes que te derrote.
Porque te quiero aquí, porque te
escogí como amiga antes de que todo esto ocurriera y porque definitivamente
creo en ti, todos y cada uno de los días.
“La amistad es la alma de las
almas”.
Con un llamado desesperado se
despide.
Tu amiga.