Respuesta :

Dos modalidades de la décima popular Es necesario distinguir explícitamente desde un principio los dos géneros a los que se adscribe la décima en la literatura popular en los territorios de hablas española y portuguesa. Los dos son populares y, en un determinado momento, los dos también orales, aunque bien diferentes son en su origen, en su naturaleza y, sobre todo, en la forma de su transmisión. Por una parte, la décima improvisada es una modalidad específicamente hispánica (extendida también a las zonas de habla portuguesa) del género universal de la poesía improvisada, y, por otra, la décima que vive en la tradición oral se suma a los otros géneros, también hispánicos, de «poesía memorial» (cuales son el romancero y el cancionero).   La décima improvisada es poesía evanescente, palabra que muere al mismo tiempo en que nace, dejando en el aire ─y en el alma de los oyentes─ un grato aroma de arte momentáneo. Muy difícilmente (aunque no es imposible) una décima improvisada pasará a la tradición, y será conocida y repetida después por todos, por la simple incapacidad de la memoria humana. Las décimas improvisadas son un género de poesía popular, común a los gustos del pueblo, pero en muy distinta manera a la poesía tradicional; el pueblo-legión aquí se queda en la esfera más elemental de ser un mero espectador que acepta ─eso sí─ o rechaza lo que sólo es propio de verdaderos ingenios poéticos populares.   Por el contrario, la décima que se ha hecho tradicional vive en la memoria del pueblo, es colectiva y se siente patrimonial, es decir, de todos, perdido ya el recuerdo, si alguna vez lo tuvo, de haber sido creación individual, y anda ya de boca en boca, viviendo en variantes.