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Monologo

Nací el 2 de noviembre de 1755 en Viena, todos me conocen como María Antonieta de Austria.
Soy hija del emperador Francisco I y de María Teresa I, Siempre fui criada como una princesita Bueno lo era jajaj, no podía hacer casi nada sola todo me lo hacían, deben creer que es lo mejor, yo a un principio pensaba igual pero después de un tiempo te aburre porque pasa a hacer una rutina Todo el día escuchaba “Princesa haga esto, no, no haga eso, Párate bien, no déjeme hacerlo yo” es tan triste nunca pude hacer lo que quería.
Mi familia manipulaba toda mi vida todo por conveniencia de ellos pienso que desde que nací quisieron casarme con Luis todo planificado lo único que querían era que uniéramos fuerza por nuestros reinos. Yo nunca estuve conforme con mi matrimonio además me case súper joven yo a esa edad solo quería disfrutar salir y vivir mi vida como yo quería, pero no pude no pude no pude, pero igual para que estamos con cosas no obedecía todo lo que me decían en realidad reobedecía demasiado muchas veces Salí escondidas a fiestas, ese ambiente de fiesta celebración me encantaba, pero lo que si detestaba demasiado era ir a misa muchas veces me dormí era tan gracioso … me pongo a pensar y creo que nunca debí a 
ver sido una reina porque igual siempre me exigían muchas cosas ya que debía cumplir deberes como tal pero igual los cumplía aunque a media ajajaja. Recuerdo cuando quería cambiaba a los ministros ajajá y solo porque yo quería Solo caprichos.Mucha gente habla mal de mi dicen que soy frívola y que no soy fiel a mi esposo Luis, ajajaja pero es verdad mi matrimonio solo era algo de negocio y política, tuve algunos amantes como el Conde de Artois, pero shh es secreto jajaja.
Pero en mi vida no solo guardo momentos buenos, he pasado por tantas cosas como la muerte de un hijo es lo peor para una madre nunca pude recuperarme bien de la muerte de mi hija Sofía Beatriz además solo la tuve conmigo un año.
Después de un tiempo todo me salía mal. Fui a comprar un collar y todos pensaron que me lo robe desde ese momento comenzó mi impopularidad la gente comenzó a odiarme, ellos no tenían nada que comer, y mis lujos se excedían la gente me fue odiando de un día para otro yo no sabia que hacer, hacían protestas y me insultaban, pero el estado general decidió algunas cosas, yo no sabia bien de lo que se trataba estaba muy confundida y me deje convencer, queme algunos papeles y tome mis diamantes por que cada día se ponía peor, 
convencí a Luis para que nos fuéramos de Versalles y llegar a un lugar donde estemos seguros lejos de Paris.Un día di un banquete a los guardias de Corps de la casa militar recibiéndolos con lo mejor del palacio, el pueblo se indigno con este banquete ellos no tenían nada de comer y lo que yo hacia era como una burla para ellos, ellos llegaron al palacio con manifestaciones pidiendo al panadero y ala panadera eso quería decir que querían al rey y la reina cada cosa que hacia me perjudicaba, mas me odiaban. En la mañana del día siguiente llegaron con cuchillos y mataron a dos guardias de la Corps nos sacaron de aquel lugar y nos devolvieron a Paris el trayecto de ese viaje me marco demasiado la gente se lanzaba sobre mi y me mostraban una cuerda queriendo decir que deseaban mi muerte.
Con Luis estábamos desesperados, el pidió ayuda a monarcas extranjeros como el rey de España Carlos IV pero no quiso prestarnos ayuda, hable con algunos hermanos y ellos me decían que aceptara la nueva constitución, pero estaba tan confundida no sabia que hacer le daba vuelta al asunto y no encontraba solución, pensé que si nos fugábamos podría salir bien y que nadie nos descubriría pero la gente no es tonta y se dio cuenta de nuestros planes y 
nos pillaron. Luis tuvo que declarar, todo lo que dijo fue usado en su contra y lo publicaron esto produjo mucha ira en el pueblo, ellos solo querían nuestra muerte, la gente me nombraba como el monstruo femenino, yo me sentía horrible no fui tan mala persona para que me tratasen así yo solo quería el bien para el pueblo pero ellos eso no lo entendían…Mi esposo tenia un armario en el cual guardaba todos sus papeles, lo peor que pudo pasar es que lo encontraran y así fue inevitable el juicio la gente quería su muerte y la convención voto a favor, nunca olvidare la muerte de mi esposo fue el 21 de enero fue muy triste el no lo merecía… mientras yo viuda y me sentía tan sola me quitaron a mi hijo delfín.

Ir de compras desde el punto de vista masculino

Odio ir de compras. Porque no hay cosa mas mentirosa que ir de compras. Todo está lleno de 
mentiras. Sin ir más lejos, por ejemplo tu mujer te dice:
-Hoy vamos a comprar al Centro Comercial.
¡Cuidado! Ahí va la primera mentira.Tu la miras con mala cara y ella te dice:
-Si sólo va a ser un ratito…
¡Segunda mentira! Siempre dicen "un ratito'' y al final echas toda la tarde en el Centro Comercial. Porque los hombres vamos a comprar y las mujeres van de compras. La diferencia es que tú vas a comprarte unas zapatillas y un par de camisas, y ellas van a comprar lo que vean. Dan vueltas y vueltas. Pasan tres veces por la misma tienda y las tres veces miran lo mismo. Por fin, después de dar más vueltas que los caballitos de la feria para en una tienda. Y ahí viene la segunda parte: a buscar. Media hora buscando hasta que encuentra lo que quiere. Ahora se va al probador a probárselo. Y tu, como no, le sirves de perchero. Te ves ahí rodeado de mujeres comprando y sujetadores mientras sujetas toda la ropa de tu novia.
-Pasa un momento, cariño- te dice ella.Y tu pasas ahí pareciendo un perchero andante.-¿Cómo me queda?
-Oh, muy bien, cariño.
¡Tercera mentira! En realidad piensas: ¡Fatal! Pero a una mujer nunca se le lleva la contraria, porque luego te las guardan. Y ahí va ella todo convencida de que es Angelina Jolie. Le paga a la dependienta, que tiene una cara de mala leche… y entonces por fin te vas…¡de esa tienda! Al salir te dice tu novia:
-¿Te has fijado en la cara de mala leche que tenía la dependienta?
-Normal, ¡si le has dejao’ la tienda peor que si hubiera pasao’ una manada de elefantes por encima!
-¿Me estás llamando gorda?- te dice ella cabreada.
-Nooo, cariño, si tu estás muy bien.
¡Otra mentira! Y ya van cuatro.Y esa es otra de las muchas cosas malas que tiene ir de compras, que siempre que se prueba algo te pregunta:
-¿No me ves muy gorda? He engordado, ¿verdad? Si es que claro, todos los días me tienes comiendo pizzas…
¡Pues no te las comas, ya me las comeré yo! En una de esas interminables vueltas que dais por el Centro Comercial encuentras una tienda de zapatos de hombre, y pasas a comprarte tus zapatillas. Pasas y coges las primeras que ves que te han gustado y mientras te los pruebas ves venir a tu novia con veinte cajas de zapatos.
-Pruébate estos mocasines, que te van muy bien con el uniforme del trabajo. Pruébate estos, que se llevan ahora. ¡No, no, mejor estos! ¡O estos!
-Tu déjame, caray.
-Pero déjate aconsejar, que tu no tienes ni idea de lo que se lleva.
-¿Y a mi que leches me importa lo que se lleve? Yo lo que quiero es llevar yo unos zapatos. Pero al final, misión fallida: te acabas llevando los veinte pares de zapatos que te ha dicho tu novia. Seguís con vuestra ruta, y tres tiendas más adelante ella se para y pone la cara que puso cuando vió el final de Titanic.
-¡Madre mía! ¡Mira esta chaqueta: veinte euros más barata y más bonita! Si es que siempre me estás metiendo prisa… Si me hubiera venido yo sola…
-¡Pues no haberme dao’ por saco para que me viniera, que más a gusto estaría yo ahora mismo viendo al Madrid! Cuando ya parece que se va poniendo bien la cosa es cuando os acercáis a la sección de televisores. Y piensas:
-¡Por fin puedo ver como va el Madrid! Pero te llevas un chasco al ver que en vez de el partido tienen puesto a una chica que se quedó embarazada a los quince y que le está pidiendo perdón a su madre.
-¡Me cago en Hay una cosa que te quiero decir! Total que seguís para adelante, tú con tu cara de mala leche, y tu novia que parece un agente del FBI, mirando a todos lados, con mirada amenazante y con esas gafas de sol negras…Pasáis al lado de un bar y entonces miras de reojo a la tele.
-¡Me cago en todo, va perdiendo! Tu novia te mira.
-Pero, ¿Qué te pasa, hombre? Alegra esa cara, que estamos de compras.
¿Y ese es un motivo para alegrarse? Pues ya me has cabreado aún más.
-Vamos a la tercera planta, que ahí si que tienen cosas buenas. 
Y os vais a las escaleras mecánicas. Pero claro, hasta que llegas tienes que pasar otra vez por todas las tiendas, porque está colocado todo estratégicamente: las escaleras para subir en una punta y las escaleras para bajar en la otra, de tal forma que si quieres subir o bajar tienes que pasar por todas las tiendas. Cuando vas por las escaleras ves a niños agarrados de la mano de sus padres con cara de tontos, que parece que nunca han subido por unas escaleras mecánicas. Cuando llegas a la tercera planta, te dice tu novia:
-Me voy al Zara, ¿te vienes?
-Que te lo crees tú. 
-De verdad, ¡qué grosero eres! Anda espera aquí que no tardo nada.
¡Quinta mentira! Y piensas: