Respuesta :

La advertencia
Sólo quería ayudar,ese fue mi error. Aquí en esta institución psiquiátrica no me tratan mal,¿loco?, puede, no escribo esto para debatirlo, escribo por que es la última oportunidad de avisarte.
Nadie me creyó. Hay días que pienso que fue un sueño, la medicación, supongo. Sé lo que vi, y sé que no soy el único, por esta razón te prevengo, por lo que mas quieras,nunca cierres los ojos en la ducha!!.
Diecinueve años le seguí la pista, tuve decenas de sesiones con sus victimas, le llamaban de muchas maneras, el duende de la ducha, demonio, cosa, espectro.Todos acabaron muertos o locos, en el mejor de los casos. Los muertos se encuadraron en accidentes domésticos, resbalón en la ducha..etc.
Recuerda esto, cuando te duches puede que no estés solo, no cierres los ojos, quién sabe que puedes ver al abrirlos.

Lo que sucedió de noche


Era noche y observaba aquel cuerpo inerte, tendido en el suelo, bañado en sangre y con dos hombres con pasamontañas despojandole de sus pertenencias !que injusticia al ver el acontecimiento!, yo grite !vayanse, viene la policia! pero no me hicieron caso, cuando de pronto, habiendo realizado el acto, los sujetos se fueron, sonaban a lo lejos las sirenas, me acerque al cuerpo poco a poco, no sin antes pensar lo atrevido de mi accion, observe las facciones de aquel cuerpo inmovil que yacia en el suelo, tenia dos orificios de bala, uno en el pecho y otro finalmente en la cabeza. No paso mucho tiempo para que me diera cuenta de que el hombre que habia sido asaltado era yo, la atroz realidad me baño como agua fria,por que no recordaba nada?,como llegue a este estado?, lo unico que se, es que en este momento, no soy mas que un fantasma hablando de su propia muerte.

El criminal y el detective
El lo persiguió durante semanas y semanas. Lo perseguía con el fin de matarlo. Era el asesino más cruel de toda esa ciudad, la sola idea de que había matado a una niña empujándola de un acantilado le daba escalofríos. Sabía todo de él. Había estudiado archivos suyos hasta el hartazgo. Se privaba de comer, de beber y hasta de dormir. Lo único que hacía es buscar y buscar algún indicio que le revele su guarida.
Un día como cualquier otro, descubrió su escondite. Su primera reacción fue de sorpresa, todos los indicios apuntaban a que estaba en esa misma habitación, en ese mismo lugar.
Desesperado comenzó a golpear paredes, a patear el piso. Pero no lo encontraba por ningún lado. De repente, una idea se le cruzó por la cabeza – y si… ¿el criminal fuera ÉL? Todo coincidía el lugar, su descripción, ¡hasta su nombre!, ¡como podría haber sido tan tonto! ¡Él era el criminal! Comenzó a golpearse la cabeza fuertemente contra las paredes, debía hacerlo, debía matarse. Por el bien de la sociedad. En eso estaba cuando una alarma sonó y de repente vio todo negro…

-Murió de una rotura en el cráneo causado por los reiterados golpes contra la pared, - declaró la enfermera. – llevaba aquí dos años. Era un detective jubilado, llevaba una vida normal hasta que la trágica muerte de su hija lo arrojó hacía la locura, siempre se sintió culpable de su muerte. La niña se cayó de un acantilado a los 9 años en una excursión familiar, el no la pudo detener. Desde ese día lo único que hacía era leer un papel con su autobiografía escrita. Los oficiales no observaron los primeros golpes ya que estaban en un breve descanso, llegaron a advertir los segundos, pero era tarde.
Bueno sentimos mucho lo ocurrido hoy, ¡adiós!- fueron las palabras de la enfermera mientras retiraba el cadáver del manicomio.