Respuesta:
Ponemos la leche a fuego lento hasta que llegue a unos 45 grados, removiendo de vez en cuando para que no se pegue en el fondo del cazo. Si no tienes termómetro, apaga el fuego cuando la leche empiece a humear y a subir ligeramente, sin que hierva.
Dejamos reposando la leche una media hora fuera del fuego hasta que alcance los 45 grados. Si no tienes termómetro, mete el dedo meñique, que es el más sensible, en la leche. Si te quemas pero puedas aguantar el dedo dentro, la leche está bien caliente.
Ponemos el yogur en el recipiente, añadimos la leche y mezclamos. Tapamos el botes y lo guardamos de manera que se conserve el calor (envueltos con papel de periódico y metidos en una caja). Los dejaremos reposar sin moverlos para nada durante al menos 6 horas en el lugar más caliente de la casa.
Pasado el tiempo, sacamos los botes de la caja y esperamos 5 o 10 minutos para que se enfríen. Los metemos en la nevera y en unas 4 horas el yogur se habrá espesado y estará listo para comer. Puedes servirlo con caramelo o mermelada una vez esté listo.