La cromatina, aparte de organizar el material genético del núcleo, se
está revelando como protagonista en la regulación de las tareas
biológicas de la célula. Se ha puesto en evidencia que, más allá de un
papel meramente estructural, este complejo de moléculas desarrolla un
papel activo en la regulación de algunos procesos fundamentales de las
células (eucariotas).
El papel de la cromatina en la organización del material genético es
bien conocido. Su estructura es un complejo de ADN (el material
genético), de histonas y de proteínas no histonas, que presenta
diferentes niveles de empaquetamiento (nucleosomas, collar de perlas,
etcétera). El grado máximo de compactación se logra, durante la división
celular, con la estructura de los cromosomas. En este estado, las
cadenas de ADN se compactan unas 10.000 veces.
La compactación de la cromatina, incluso cuando la célula no se está
dividiendo, dificulta que el ADN se traduzca a proteínas para la
ejecución de las diferentes funciones celulares. Generalmente, lo que
pasa es que unas proteínas desempaquetan parcialmente un trozo de la
cromatina haciendo que el ADN sea más accesible. Cuando se acaba la
función que se ha activado (transcripción), la región de cromatina se
vuelve a empaquetar