Respuesta :


La lluvia
como una lengua de prensiles musgos
parece recorrerme, buscarme la cerviz, bajar,
lamer el eje vertical,
contar el número de vértebras que me separan
de tu cuerpo ausente.

Busco ahora despacio con mi lengua
la demorada huella de tu lengua
hundida en mis salivas.

Bebo, te bebo
en las mansiones líquidas
del paladar
y en la humedad radiante de tus ingles,
mientras tu propia lengua me recorre
y baja,
retráctil y prensil, como la lengua
oscura de la lluvia.

La raíz del temblor llena tu boca,
tiembla, se vierte en ti
y canta germinal en tu garganta.
Todo lo que quise yo
Tuve que dejarlo lejos,
Siempre tengo que escaparme
Y abandonar lo que quiero;
Yo soy el buque fantasma
Que no puede anclar en puerto,
Ando buscando refugio
En retratos y en espejos,
En cartas apolilladas
Y en perfumados recuerdos.
 Por más que estiro las manos
Nunca te alcanzo lucero,
Jugo de amargos adioses
Es mi vaso predilecto.
Yo me bebo a tragos largos
Mi pócima de recuerdos,
Y me embriago en lejanía
Para acariciar mis sueños.