Respuesta :

Al repasar mis notas sobre los setenta y pico casos en los que –durante los últimos ocho años- he estudiado los métodos de mi amigo Sherlock Holmes, descubro que se puede calificar a muchos de trágicos, a algunos de cómicos, a bastantes simplemente de extraños, pero a ninguno de vulgar; y es que, como Holmes no trabajaba para enriquecerse, sino por amor a su arte, se negaba a intervenir en cualquier investigación que no tendiera a lo infrecuente o incluso a lo fantástico.
 Emissor: El escritor de este relato
Receptor: Los lectores