La invención del compás se remonta a 2400 años atrás. Pasaron
1000 años, hasta el siglo XIII,
antes de que esta
invención fuera introducida en Occidente (a través de los comerciantes árabes).
Los arqueólogos muy
afortunados encuentran textos en los que no sólo se mencionan antiguas
invenciones sino que también se describen con multitud de detalles e incluso se
señala el nombre del inventor y la fecha aproximada de la invención. En esos
casos, se dispone de pruebas concretas sobre cuándo, dónde y quién creó la
invención y se puede reconocer adecuadamente al inventor.
Así es, por
ejemplo, cómo se pudo descubrir que el ingeniero grecoegipcio Herón de
Alejandría creó infinitas máquinas a finales del siglo I. Por los chinos.