Respuesta :


Tener iniciativa y emprendimiento es enfrentar flexiblemente situaciones nuevas,
presentar recursos, ideas y métodos innovadores, concretándolos en acciones tendientes
a crear un nuevo orden.
Aplicado al mundo laboral, la iniciativa se refiere a poder desempeñarse en medios
cambiantes, ya sea adaptándose y/o proponiendo cambios necesarios para elaborar
productos o servicios de acuerdo a los requerimientos del mercado.
Por su parte, el emprendimiento tiene dos connotaciones: la de acometer un proyecto en
forma independiente y la de hacerlo desde un puesto de trabajo en una organización. En
nuestro enfoque entenderemos que en ambos casos se trata de la capacidad de llevar
adelante desafíos que satisfagan necesidades en forma eficiente.
COMPETENCIAS DEL ÁREA:
1. Adaptarse a nuevas situaciones.
2. Ser creativo(a).
3. Traducir ideas en acciones.
Valorización del Área Iniciativa y emprendimiento
La comunicación humana
Si bien hay quienes sostienen que el hombre o la mujer emprendedora nace, no se hace,
esta visión ha sido ampliamente superada por dos razones: por los innumerables ejemplos
de gente que con esfuerzo ha demostrado lo contrario; y, principalmente, por la imperiosa
necesidad que enfrentamos todos de lograr objetivos sobre la base de iniciativa propia.
Por lo tanto, contrariamente a quienes creen en esta cualidad como un don heredado,
nosotros tenemos la firme convicción que puede y debe desarrollarse.
Digamos, entonces, que el potencial emprendedor está presente en todos los seres
humanos y que su desarrollo se posibilita cuando se logra superar aquello que lo
obstaculiza.
La importancia de la Iniciativa y Emprendimiento en la vida cotidiana
Innovar para buscar soluciones diversas –en cualquier ámbito de acción– es tarea de
todos los días.
Iniciar nuevas actividades, hacer las cosas por uno mismo, asumir responsabilidades,
organizar recursos, vencer obstáculos, perseverar, son todos esfuerzos que requieren de
nuestra mejor disposición. De lo contrario se imponen las limitaciones y hacen que los
mejores propósitos no logren producir resultados.
Constituyen, por ejemplo, deficiencias de emprendimiento: la falta de soluciones a
problemas importantes; la falta de acción, una vez que se ha elegido una solución; los
proyectos que se quedan sin realizar, a pesar de lo importantes que son; y la falta de
resultados, una vez que se ha iniciado la ejecución.