La textura condiciona la cantidad y tamaño de los poros, ya que la retención de agua está muy ligada a la textura. Los suelos arenosos por tener poros grandes retienen poco agua, la cual percola hacia el interior del perfil.
Condiciona la riqueza en minerales necesarios por la planta, el suelo arcilloso es más rico en elementos minerales (calcio, fósforo, etc).
Condiciona el tipo de estructura que se verá en el perfil, el suelo arcilloso tiene una estructura más fuerte, con bordes y aristas filosas.
Estructura: Las partículas del suelo se agrupan formando agregados, la forma en que se disponen estos agregados determinan la estructura. Se pueden encontrar distintos tipos de estructura:
--Laminar: Agregados dispuestos en forma de lámina, tienen alto contenido en limo. Es característico de un lote muy refinado, que recibió una lluvia.
--Granular: Agregados esféricos de 1 cm de diámetro aproximadamente, poco porosos. Aparece en horizonte A.
--Migajosa: Agregados en forma de miga, bien porosos. Aparece en horizonte A.
--Bloques angulares: Agregados en forma cúbica con ángulos bien marcados. Aparece en horizonte B con bastante arcilla.
--Bloques subangulares: Agregados en forma cúbica con ángulos bordes redondeados. Aparece en horizontes B poco definidos.
--Prismática: Agregados que forman columnas verticales, más largos que anchos, con bordes bien nítidos. Aparece en horizontes B con mucha arcilla.
--Columnar: Bloques con bordes redondeados, más largos que anchos. Aparece en suelos sódicos.
--Masiva: Se caracteriza por la ausencia de poros. Aparece en pisos de arado.
Color: Normalmente un suelo tiende a ser oscuro en superficie y más claro en profundidad. A veces por debajo del horizonte superficial puede aparecer otro más oscuro; ello puede deberse a que el suelo original fue tapado por un nuevo material de color más claro, ej: voladuras o aradas profundas; si abúndale carbonato de calcio o el cloruro de sodio el color tiende a aclararse.
Profundidad del suelo: Es importante porque un suelo profundo tiene mayor posibilidad de retener agua y nutrientes que un suelo con tosca. Las plantas tienen distintas exigencias en cuanto a profundidad de enraizamiento, en general, las raíces largas (pivotantes) son más exigentes que las raíces en cabellera, ej: alfalfa comparada con el trigo. Un valor apropiado de profundidad es de 1 a 1,20 metros libres de obstáculos para las raíces.
Carbonato de calcio: Se disuelve muy poco en agua, por lo que en regiones áridas o semiáridas no será lavado por las lluvias, es usual encontrarlo en horizonte A. En regiones de mucha lluvia el carbonato de calcio se irá hacia el fondo del perfil, en consecuencia la profundidad de acumulación es un indicador del grado de evolución del suelo.
Densidad del suelo: Es el peso del volumen del suelo. Hay dos posibilidades:
--Incluir la tierra con sus poros (densidad “aparente”), los valores pueden oscilar entre 0,60 y 1,80 g/cm3.
--Solo considerar el peso de los materiales del suelo (densidad real), los valores pueden oscilar entre 2,60 y 2,70 g/cm3.
La densidad aparente varía con el manejo; por ejemplo suelos compactados por pisoteo y/o tránsito de maquinarias y subsuelos compactados por labranzas, tendrán mayor densidad que las normales.
Reacción: Se refiere a las condiciones de acidez, neutralidad, o alcalinidad que posee el suelo, se cuantifica por medio del ph.
En los suelos la reacción generalmente es estable, salvo anomalías fluctúa levemente en el tiempo. Pero si interviene el hombre puede modificarla enseguida, generalmente para perjuicio de la tierra. Por ejemplo:
--Regando un suelo no drenado con agua de mala calidad puede alcalinizarse el terreno prontamente.
--La agricultura continua en climas húmedos puede acelerar las pérdidas de calcio, con la consecuente acidificación del terreno.
Formación de los horizontes de un suelo.
Se deposita un sedimento cualquiera sobre una determinada superficie. Esta capa se conoce como Horizonte C. Al cabo de muchos años la actividad de la vegetación que crece, muere y se incorpora al sedimento, determina la aparición de una capa más o menos espesa, de color oscuro, por la mezcla de materia orgánica con las partículas de sedimento:Horizonte A o “tierra negra”. La actividad de los vegetales, animales y microorganismos del suelo y la acción del microclima, determinan transformaciones en la parte superior del Horizonte C, esta etapa presenta propiedades intermedias entre A y C, se denomina Horizonte AC. Si el clima y las características del sedimento lo permiten, el movimiento del agua hacia las capas más profundas, arrastra la arcilla, determinando su concentración en lo que era el Horizonte AC. En su máxima expresión este horizonte presenta estructura prismática que se va recubriendo de más arcilla y materia orgánica que siguen llegando “de arriba”. Estos “barnices” son una de las características que permiten reconocer a este Horizonte B, se encuentra presente en los suelos más evolucionados.
¿Dónde está el Horizonte B y por qué se encuentra en los suelos más evolucionados?
El Horizonte B es una capa de iluviación, donde se acumulan los materiales que se lavan del Horizonte A: materia orgánica, arcilla, óxidos de hierro, aluminio, etc. Aparece aflorando en suelos pobres con poco espesor de Horizonte A, se puede reconocer por su color rojizo, debido a la arcilla y limo que lo componen.
Es en los suelos más evolucionados donde el Horizonte AC presenta una estructura prismática que se va cubriendo por la arcilla y materia orgánica que siguen llegando del Horizonte A, formando así un Horizonte más evolucionado que el AC, el Horizonte B.