Almidón, glucógeno y celulosa son polisacáridos, es decir, son macromoléculas y éstas se degradan por medio de enzimas en nuestro organismo.
Nosotros disponemos de enzimas para degradar el almidón y el glucógeno pero no tenemos celulasa, que es la enzima que degrada la celulosa, por eso no podemos digerirla y aprovecharla metabólicamente.