SINOPSIS:
¿Te has preguntado alguna vez qué quedará de ti cuando ya no estés?
Clara sí. Justo cuando está al borde
de la piscina. Y tiene dos opciones: tirarse de cabeza cuando todo su
cuerpo grita que lo haga, o quedarse quieta tapándose las orejas con las
manos. Novela realista que agranda el universo de Pomelo y limón y
narra con el estilo actual y chispeante de Begoña Oro el chaparrón de
sentimientos al que se enfrenta una adolescente cuando se da cuenta de
que tiene al alcance de su mano la oportunidad de ser feliz.
OPINIÓN PERSONAL:
Tal y como nos dice la sinopsis
encontramos una novela realista y sencilla que podría haber sido
aburrida de no ser por la chispeante, graciosa y sin duda alguna
original forma de escribir de Begoña Oro. Desde luego es lo que más hay
que destacar del libro, ya que cada comparación, explicación, sensación,
etc. está expresada con una originalidad y una chispa impresionante.
Desde luego es uno de esos libros que solo por la prosa de la autora se
tiene que leer. Lo único es que al principio me ha costado engancharme,
ya que Lucas me caiga muy mal y no soportaba seguir leyendo sobre él.
Eso es lo único que me impide darle la máxima puntuación.
Sobre los personajes, bueno, pues está Clara que es la protagonista
además de la narradora. Al principio me ha parecido un poco tonta, pero
al final ha acabo por caerme bien. Y luego está Unai. Y esta vez me
enorgullezco de poder decir por una vez que realmente es diferente a
todos los protagonistas de los libros. No es un musculítos, no es
delgado ni guapo. Simplemente es un chico que enamora por lo que expresa
por su temperamento tranquilo. Y solo por eso enamora. Desde luego es
uno de esos personajes que no se pueden olvidar.
Después he de deciros que detrás de cada cursilada y cosa inmadura de la
protagonista se esconde un mensaje. Y es que este libro es de los que
te hacen reflexionar. Sin duda es genial. Y merece la pena leerlo. Os
anuncio que espero no tardar mucho en hacer una entrada de Frases &
Citas de este libro, porque hay muchas.
Y ahora en serio: ¡LEEDLO! ¡YA!