La diferencia es significativa: los suelos no pierden sus propiedades cuando hay cambios en las estaciones; mientras que en los incendios hay pérdida de propiedades y fertilidad.
El ecosistema en las estaciones tienen cambios naturales, en los cuales aún permanecen las propiedades de las tierras para que se mantenga el ecosistema en su estado original; y aún así, los árboles se mantienen vivos. Mientras el fuego, además de quemar los árboles y demás plantas, también quema las propiedades del suelo y hace que este no pueda ayudar al crecimiento de más árboles o la recuperación de los ya sembrados.