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Jope

El objetivo de la enseñanza tiene que formar gramáticos, filósofos o lingüistas, sino lectores y escritores, hablantes y oyentes competentes, es decir, personas que puedan funcionar “con soltura” en nuestro entorno sociocultural y que pueda reflexionar de forma crítica sobre todo lo que implica el habla y la escritura. Formar lectores y escritores que se puedan desenvolver en la vida cotidiana de todos los ámbitos en el que el dominio de la escritura es necesario implica enseñar a leer y a escribir, es decir, apropiarse de un código que no se posee, que exige un aprendizaje formal, que está sujeto a una normativa, que tiene unos usos sociales institucionalizados y que, además es un instrumento básico para todos los aprendizajes del ámbito académico. Formar hablantes y oyentes implica enseñar a “hablar” y a “escuchar”, pero, claro, esto es algo que todo el mundo hace, que los alumnos ya hacen cuando llegan a la escuela.

La sociolingüística nos ofrece una particular mirada que nos permite tener, por una parte una visión de la sociedad y de la escuela como institución y como ámbito social; por otra parte, una visión del individuo y, por lo tanto, del aprendiz y del profesor; por último, nos ofrece una visión de la interacción comunicativa que nos presenta el aula como un escenario comunicativo.

La perspectiva sociolingüística

Podríamos definir la sociolingüística como el estudio de aquellos fenómenos lingüísticos que tienen relación con factores sociales (género o sexo, edad, status social o poder adquisitivo, nivel de instrucción,...); lo que se ha llamado el contexto externo en el que ocurren los hechos lingüísticos. Definición amplia que abarca las preocupaciones tanto de la sociolingüística como de la sociología del lenguaje.

La sociología es una disciplina independiente, que se desarrolla en EUA y Canadá a partir de los años 60, que estudia la lengua en su contexto social, que intenta explicar la variabilidad lingüística.

Labov se ha opuesto al uso del término sociolingüística, ya que implica la posibilidad de referirse a la lingüística sin referirse a lo social. Si la lengua es un sistema de comunicación social, la dicotomía lingüística-sociolingüística no parece justificable.

La mantenemos, sin embargo, para establecer una diferenciación entre estudios lingüísticos, basados esencialmente en datos tomados de la lengua escrita; y estudios sociolingüísticos, basados esencialmente en datos obtenidos a través de grabaciones de interacciones orales, espontáneas, dirigidas o semi-dirigidas.

La perspectiva sociolingüística se opone, a las posiciones teóricas que mantienen que el objeto de estudio de la lingüística es la lengua aislada de su contexto social, que a través del estudio del habla el socio-lingüista puede descubrir, describir y hacer predicciones sobre el sistema lingüístico que subyace en el habla.

El propósito de la gramática generativa es la descripción de la competencia lingüística del hablante-oyente ideal, la sociolingüística se ubica en el plano de la actuación lingüística, ya que considera que las lenguas se organizan para cumplir una función comunicativa y social.

El estudio de la lengua como fenómeno social lleva a rechazar el concepto de homogeneidad de los estructuralistas (Saussure, Bloomfield, Chomsky)y hablar de un sistema lingüístico heterogéneo, pero estructurado. Además el socio-lingüista adopta un marco de estudio pancrónico que incluye el tiempo (histórico, real o aparente.)

La metodología socio-lingüista no acepta las intuiciones de los hablantes como originadoras de datos (juicios de aceptabilidad o gramaticalidad)

Sociolingüística y sociología del lenguaje

Joshua Fishman establece que la sociología del lenguaje se preocupa de la interacción entre el uso de una lengua y la organización social del comportamiento humano.

Las preocupaciones de la sociología del lenguaje interesan y son compartidas por el sistema educacional y el sistema político: cuestiones relacionadas con la educación bilingüe y el reconocimiento de una o más lenguas oficiales en un país o región.

Fishman establece una diferencia entre sociología descriptiva y sociología dinámica. La sociología descriptiva busca responder la pregunta «¿quién habla (o escribe)?», qué lengua, a quién, cuándo, y con qué finalidad?»

1964 Goffman arguyó que la “situación” incorpora los factores sociales (edad, sexo, región de origen, el nivel de escolaridad...)

El conocimiento que tienen los hablantes de lo que constituye uso apropiado de la lengua en una situación determinada es lo que Fishman denomina «competencia comunicativa sociolingüística», concepto idéntico al de Hymes.

La tarea de la sociología del lenguaje es la identificación de las características según las cuales se pueden agrupar o clasificar las situaciones sociales en conjuntos que tengan correlativos únicos y específicos de conducta lingüística. Cada conjunto de situaciones sociales constituye un dominio de conducta sociolingüística: la familia, la calle, los lugares de diversión, el trabajo, la escuela... También se han considerado diferentes dominios de conducta sociolingüística los varios niveles de formalidad del intercambio lingüístico: formal, informal, e íntimo.

La sociología dinámica de la lengua se preocupa de los cambios que experimenta el repertorio lingüístico de la comunidad, cambios que ocurren en forma rápida y masiva en situaciones de lenguas en contacto

La diferencia entre sociolingüística y sociología del lenguaje se deriva de la importancia relativa que se asigna al hecho social y lingüístico; la sociolingüística estudia fenómenos lingüísticos (fonológicos, sintácticos) en su contexto social, haciendo aportes a la lingüística; la sociología del lenguaje estudia los fenómenos sociales que tienen relación con el uso de la lengua. Los estudios de sociología lingüística que investigan las relaciones entre la sociedad y el uso de las lenguas, se ha denominado macrolingüística, que se opone al de microlingüística, que se refiere al tipo de estudios que analizan la lengua misma en relación a las situaciones sociales en que se usa.